Todos hemos oído hablar de una pequeña perrita llamada LAIKA que tuvo la dudosa suerte de ser el primer ser vivo lanzado al espacio para experimentar los efectos que un viaje espacial podía tener antes de enviar a una persona.
A finales de 1954, principios de 1955 nació en las calles de Moscú una perrita vagabunda que fue recogida de las calles para ser llevada al centro del programa espacial ruso, con la finalidad de experimentar las consecuencias que un viaje espacial podría tener en el organismo de un ser vivo, ya que muchos científicos de la época pensaban que una persona no podía ser lanzada al espacio y regresar viva.
A LAIKA, originalmente la llamaron KUDRYAVKA (rizadita), después ZHUCHKA (bichito) y LIMONCHIK (limoncito). LAIKA murió en el espacio asustada y triste.
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