Como en Malasia, el misterio del Boeing 707 de la compañía VARIG en vuelo 967 destino Rio de Janeiro que se perdió media hora después de haber despegado del aeropuerto de Narita (Japón) en la noche del 30 de enero de 1979. Era un carguero que transportaba 20 toneladas de recámbios informáticos y 53 obras del pintor japonés Manabu Mate, valoradas entonces en 1.200.000 dólares y se cree que cayó en algún lugar del Océano Pacífico. Lo cierto es que hasta ahora no se han encontrado los cuerpos de los seis tripulantes ni tampoco los restos de la aeronave.
El avión de Varig había despegado de Narita a las 20:30, y su último contacto con el controlador de tráfico aéreo fue a las 20:55. Tenía previsto hacer un nuevo contacto a las 21:23 pero eso no ocurrió, lo que despertó la sospecha de que algo extraño había ocurrido.
El controlador de tráfico aéreo intentó la comunicación pero nadie respondió. La ruta indicaba que la aeronave debía cruzar por Honolulu (Hawai) y Anchoranhe (Alaska).
A la mañana siguiente comenzaron las búsquedas en Japón: aviones estadounidenses y barcos nipones inspeccionaron la zona donde probablemente el avión había caído. Una semana más tarde desistieron.
Una de las hipótesis sobre lo que ocurrió indica que el avión pudo haberse despresurizado durante el vuelo, lo que llevó a que la tripulación perdiese la conciencia. Según esa versión la aeronave voló en piloto automático hasta que se le acabó el combustible, tras lo cual cayó al mar.
Otras teorías sugieren que el avión fue derribado por haber entrado, sin autorización, en el espacio aéreo de la entonces Unión Soviética.
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