viernes, 12 de octubre de 2012

EMERGENCIAS NO DECLARADAS



Revisando algunos reportes que "no existen….", de "emergencias no declaradas en aeronaves de pasajeros" por parte de los pilotos y que han salido a luz pública por diversos motivos, entre ellos, algunos incidentes aéreos, despidos de pilotos y demandas que se encuentran en los tribunales de justicia, se ha empezado a conocer la forma en que algunas aerolíneas ahorran combustible y como las compañías "incentivan" a los pilotos para que materialicen lo anterior.
Los incentivos en una aerolínea hacia los pilotos, no sólo pueden ser de índole salarial, lo que sería ilegal, sino también, pueden estar dirigidos a la progresión profesional del piloto mismo, quien siempre deseará pasar de copiloto a piloto y volar el último material aéreo que llegue a la compañía o no ser considerado en las "listas negras" hechas por algunas compañías y a las cuales caen algunos pilotos sin saber mayores datos de ellas, sólo que no encuentran trabajo pese a estar calificados.
Este tipo de "incentivos", pese a ser negada su existencia por las compañías aéreas, existe y es una realidad calificada como "mala práctica" y que las Direcciones de Aeronáutica de diversos países tratan de erradicar, quizás, sin la firmeza que este tipo de anomalía requiere, pese a contar con los antecedentes y atribuciones para sancionar en forma drástica estos hechos.
Una de las malas prácticas en cuestión, trata de que los pilotos prioricen un aterrizaje visual directo a la pista a un aterrizaje instrumental, sea diurno o nocturno, modificando los circuitos al no tener puntos de chequeo obligatorios que cumplir como es el caso del aterrizaje instrumental, lo que disminuye los tiempos de vuelo y por ende, el consumo de combustible, meta de la compañía. Lo anterior, presiona al piloto y lo deja al límite de la seguridad, condición a la que nunca debiera estar expuesto, salvo en una real emergencia.
Si las compañías aéreas insisten en lo anterior, ello se debiera informar a los pasajeros para que estos decidan donde volar o hacerlo con pleno conocimiento de los riesgos que esas medidas conllevan. Asimismo, las Direcciones de Aeronáutica, a mi parecer, debieran ser mas drásticas en este tipo de malas prácticas, las que se hacen pese a estar al límite de lo legal.
La seguridad tiene un precio, la sanción por este tipo de situaciones debiera ser muy grande, de tal forma que una compañía lo piense dos veces antes de pretender ganar más a costa de la seguridad de los pasajeros.
El prestigio de un país y de toda su ordenanza aeronáutica cuesta mucho ganarlo, es tiempo y es una gran inversión de recursos y esfuerzos, perderlo, no cuesta nada. Cuidemos lo que tenemos.


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