El cielo estadounidense está en juego. Tras intentar influir durante años en la política aeronáutica de Barak Obama, las poderosas aerolíneas norteamericanas se frotan las manos y ven con buenos ojos la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.
DELTA, UNITED y AMERICAN AIRLINES aspiran a que el tupé más famoso del los últimos tiempos se convierta en su aliado para frenar el avance de las compañías del Golfo Pérsico en USA.
PARA MI AMIGA ANTONIA LORA
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